Directorio

Queremos compartir con ustedes la profunda tristeza que hoy nos embarga, despedir a nuestra amiga, mentora, colega, confidente, consejera, ejemplo a seguir. Te rendimos homenaje querida Carmen, porque fuiste la más grande entre los grandes, fuiste madre, amiga, hermana y mucho más, nuestra gran maestra. Fuiste nuestra luz que iluminó tantos caminos y que se extinguió de pronto sin razón, sin aviso. Gracias querida amiga por existir, por ser parte de nuestras vidas, por ser nuestra compañera y cómplice.

 

Te admiramos desde que fuimos alumnos en odontología y compañeros de trabajo en la cátedra de endodoncia en la Universidad de Chile. Tuvimos el privilegio de formar parte de la creación de SOEMAF, Asociación de Estética Maxilofacial, tu gran logro, tu orgullo, lo que nos permitió conocer tus cualidades, virtudes y pasión por esta nueva disciplina. Gracias a tu amistad, entusiasmo, profesionalismo y amor por la estética, lograste formar un grupo de profesionales que, contagiados por tu pasión, terminamos como tú, enamorados de esta fascinante disciplina. Demostraste paciencia, amor y coraje para superar las adversidades, trabajando y luchando sin parar, concretando así tu gran sueño.

 

Carmencita estamos seguros que hoy estás presente y queremos agradecerte la confianza que depositaste en cada uno de nosotros y de incluirnos en este gran proyecto que edificaste con esfuerzo y sacrificio, marcando un hito en el desarrollo de nuestra profesión. Abriste las puertas en este nuevo campo de la odontología, y defendiste nuestros derechos con esa fortaleza que siempre te caracterizo, con la frente en alto y tu corazón guerrero.

 

Nos enseñaste a vivir plenamente cada momento, la enorme importancia de no dejar asuntos pendientes, de decir, lo que necesitas decir y hacer lo que quieras hacer. Que nada es imposible si de verdad lo deseas y lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos. Nos demostraste que los sueños se hacen realidad. En este momento de profunda pena logramos consuelo al valorar y agradecer la fortuna de haberte tenido a nuestro lado como amiga, como colega, como compañera. Como olvidar tus historias, tus risas, esas largas conversaciones, acompañadas siempre de una rica copa de champaña, donde nos transmitías tus experiencias de vida, donde sin vergüenza nos demostrabas tu amor y nos decías “los amo”.

 

Imposible olvidar también tu alegría de vivir, reír a carcajadas, compartir una rica cena, armar entretenidos panoramas, disfrutar de la música, abrir las pistas de baile, cantar a todo pulmón. La mejor partner de viaje, la más entusiasta, la más guapa y elegante. Tan generosa, siempre te dabas un tiempo para escucharnos, ayudarnos y aconsejarnos e infinitas veces también consolarnos. Como era tu estilo, te gustaba estar un paso al frente y ahora no fue la excepción, te adelantaste. Te fuiste “acorde a nuestra embestidura”, como siempre nos decías, como una Reina. Queremos pensar que no te has ido, que sigues de viaje, que algún día nos encontraremos para brindar y celebrar como siempre. No existen las despedidas entre los que aman con el alma y el corazón, las personas se van cuando uno se olvida de ellas y en tu caso querida Carmen, siempre estarás en cada uno de nosotros eternamente.

 

Aprendimos a querer a tu clan familiar, tus cinco cachorras y a todos tus nietos, los cuales eran tu motor de vida, tu orgullo y tu obra maestra. Ahora solo nos queda continuar con tu legado, con más fuerza y compromiso que antes, esperando que nos ilumines desde donde estés, dirigiendo cada paso y batalla que tengamos que enfrentar.

 

Cuánto te vamos a extrañar!!!!

 

Cuánta falta nos harás ¡!!!

 

Te amamos entrañablemente!!!